Eros Farnesio. Museo Arqueológico Nacional de Nápoles.
El amor, en su forma más trascendental, es un impulso que nos lleva hacia la unión con lo divino y con el cosmos en su conjunto. Esta visión del amor está profundamente arraigada en la filosofía platónica[1] y neoplatónica, pero si se exploran las ideas de otros filósofos antiguos, como Empédocles[2], se entiende cómo el amor también puede ser visto como una fuerza creadora que da origen al universo, conocida por los griegos como Eros[3].
Como no puede ser de otra manera, la literatura y el arte griegos reflejan esta visión del amor como una fuerza que nos conduce también hacia lo divino. Sólo hay que examinar las representaciones de Eros en la poesía épica, la lírica y la tragedia, así como en la escultura y la cerámica, para mostrar cómo la figura de Eros se convirtió en un símbolo de la unión con lo divino y el cosmos.
Por lo tanto, Eros era a veces considerado como un principio cosmogónico, es decir, como una fuerza creadora que estaba presente en la génesis del universo. Esta idea se encuentra en la obra de algunos filósofos presocráticos, como Empédocles y Anaxágoras.
Para Empédocles, Eros era una de las dos fuerzas fundamentales del universo, junto con la fuerza de la discordia o el odio. Según Empédocles, el universo fue creado cuando Eros unió los cuatro elementos básicos (tierra, agua, aire y fuego) en una esfera perfecta. Sin embargo, la fuerza del Odio también estaba presente y de vez en cuando separaba los elementos y creaba el caos y la destrucción. De esta manera, Eros y el Odio actuaban como fuerzas contrarias que mantenían el equilibrio en el universo.
Anaxágoras también consideraba que Eros era una fuerza creadora que estaba presente en la génesis del universo. Según él, el universo fue creado cuando Eros unió las partículas primordiales que lo formaban, pero esta unión fue imperfecta y dejó algunas partículas sin unir. Estas partículas no unidas crearon las estrellas, los planetas y otros objetos celestes. De esta manera, Eros era una fuerza creativa que había permitido la formación del universo, pero también había dejado espacio para la imperfección y la variabilidad en el cosmos.
Hesíodo describe el origen del mundo y de los dioses. También menciona a Eros.
“En primer lugar existió el Caos. Después Gea, la de amplio pecho, sede siempre segura de todos los Inmortales que habitan la nevada cumbre del Olimpo. En el fondo de la tierra de anchos caminos existió el tenebroso Tártaro. Por último, Eros, el más hermoso de todos los dioses y todos los hombres el corazón y la sensata voluntad en su pecho”[4].
Según Hesíodo, Eros (el Amor) es uno de los dioses primordiales que nacieron del Caos, junto con Gea (la tierra) y Tártaro (el abismo). Hesíodo describe a Eros como una fuerza poderosa que puede mover a los dioses y a los mortales, y lo presenta como un dios que puede unir a los amantes o sembrar la discordia entre ellos.
En la Teogonía, Hesíodo también describe a Eros como el padre de algunos de los dioses del Olimpo, como Hedone (el placer) y las Gracias (Aglaia, Eufrosina y Talía). Esta idea de Eros como un dios generador de placer y belleza se hizo muy popular en la literatura y el arte posteriores, donde se le representaba a menudo como un joven alado y hermoso que sostenía un arco y flechas.
Eros, entidad primigenia, principio metafísico y poder generador que construye y anima las relaciones entre las cosas, entre los hombres y entre los dioses…
En definitiva, nos encontramos con una figura compleja y multifacética que ha sido interpretada de diferentes maneras a lo largo de la historia. Como mencionamos en párrafos anteriores, la filosofía griega[5] y la mitología griega[6] coinciden que Eros ha sido visto como una entidad primigenia, un principio metafísico y un poder generador que construye y anima las relaciones entre las cosas, entre los hombres y entre los dioses.
[1] Platón habla mucho sobre el amor en su obra el Fedro o en El Banquete. El amor es una forma de locura, pero es en el amor supremo el que se manifiesta en el deseo del bien.
[2] https://encyclopaedia.herdereditorial.com/wiki/Autor:Emp%C3%A9docles
[3] Eros en la Antigua Grecia de Claude Calame es un libro que explora el papel del amor en la filosofía antigua griega, y en particular, su relación con la creación, la mortalidad y la inmortalidad. La aportación del autor ha sido clave para entender, de manera profunda, el concepto de Eros.
[4] Hesíodo. “Teogonía” en “Obras y Fragmentos. Teogonía, Trabajos y Días, Escudo, Fragmento, Certamen”. Editorial Gredos. 2000. Madrid, p. 76.
[5] Para ampliar más información sobre la filosofía griega relacionada con Eros y la mitología griega os emplazo al siguiente enlace que me ha resultado muy interesante para entender las asociaciones de Eros:
https://www.worldhistory.org/trans/es/1-10328/eros/
[6] Véase el siguiente enlace: https://es.wikipedia.org/wiki/Eros