Tales de Mileto no escribió ningún libro por lo que su sabiduría estaba ligada a una tradición oral. Fue el primero de los sabios de su época, en pleno siglo VI a.C. Fue el primero en predecir un eclipse solar y el primero en cuestionarse sobre el principio de las cosas, acerca de la naturaleza y sus fenómenos. Tale dijo que el principio (denominado arché) de todas las cosas es el agua. También, investigó las crecidas del Nilo y midió la altura de la gran pirámide egipcia, mediante un cálculo matemático sobre su sombra. Filósofo, investigador, matemático, astrónomo, Tales abarcó además las cuestiones divinas, buscando un principio único al universo. La célebre frase del pensador «todo está lleno de dioses» expresa que hay algo divino inmerso entre nosotros, un elemento común que activa a la materia en su proceso natural de movimiento, por lo que concebiría al alma como un movimiento, una «energía» manifestada en el comportamiento de la materia. Recordemos, que la psyché etimológicamente significa «soplo, hálito». Sin embargo, lo que parecía indicar Tales es que en todas las cosas existía un palpitar, que alrededor nuestra pululaban energías o dioses, efluvios naturales que investigar y observar.
En suma, al no ver en ese periodo una clara distinción entre lo material y lo divino, Tales aportaría una nueva visión del universo, como algo animado, energético, en el que detrás de cada materia había un alma infiltrada.
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