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Las diferentes representaciones de lo divino

Los griegos no conocieron una sola y única forma de representación de lo divino (la estatua antropomorfa), sino diferentes formas que coexistieron en la misma época. ¿Cuáles fueron estas formas y qué es lo que nos pueden enseñar sobre las concepciones griegas de la divinidad?

Antes de nada hagamos algunas precisiones de carácter general.

— El carácter de la representación religiosa pretende hacer presente al dios al que figura, pero dando a entender al mismo tiempo que no está realmente ahí. La imagen de culto, por lo tanto, debe ser muy concreta (se puede tocar, cambiarla de sitio, manipularla) y a la vez debe indicar de manera clara que evoca algo que no está presente.

— La forma de crear  una  imagen no es la misma en la civilización griega que hoy en día. La imitación de un modelo externo, que resulta fundamental en nuestra manera de crear,  no era lo más importante para los griegos. Hasta, al menos, el principio del siglo V a. C.,  ninguna de las formas plásticas de expresión de lo divino entran en la categoría del parecido o de la imitación. Le dan una forma a lo que no la tiene, pero no imitan en absoluto.

Los griegos utilizaron un gran número de términos para designar las representaciones de lo divino (xoanon, bretas, andrias, palladion, agalma, kolossos, eikon, eidolon…), variedad que confirma la multiplicidad de las formas de expresión de lo divino a través de las figuras.

Pongamos algunos ejemplos de tipos de figuración.

  1. Bretas y xoanon: son estatuas casi imperfectas, que no tienen nada que ver con una semblanza, y se prestan a diferentes operaciones en el culto. Se considera que cayeron del cielo: por ejemplo, el xoanon de Atenea Políada conservado en el templo del Erecteion, en la Acrópolis de Atenas. En ocasiones las estatuas se pasean, también se limpian, se visten con vestidos confeccionados con el máximo cuidado (como el peplo tejido para la estatua de Atenea por las Arréforas y las Ergastines en Atenas), pero la mayor parte del tiempo están encerradas en los templos. Cuando se constituye la polis, estas estatuas, que podían pertenecer a determinadas familias, se convierten en un bien común, y se depositan en un templo. El santuario de Artemisa Ortia es uno de los centros religiosos más importantes de la ciudad griega de Esparta. El culto se dirige a un xoanon (efigie grosera de madera) considerada maléfica.
  2. Herma: es un pilar que tiene en la base un miembro masculino (falo) y en la parte de arriba una cabeza esculpida. Se encuentran por doquier en el paisaje de las ciudades, a la entrada de los santuarios, en los linderos, a lo largo de los caminos. Los hermas son objetos de rituales y atentar contra ellos, mutilarlos por ejemplo, es un sacrilegio enorme.
  3. Kouroi: estatuas de hombres jóvenes de la época arcaica, representados desnudos la mayoría de las veces. Ciertos kouroi son funerarios y solían estar colocados sobre la tumba de un difunto, pero otros están dedicados a un dios en un santuario. No guardan parecido alguno ni con el muerto,  ni con el dios. Sólo traducen en forma de cuerpo humano, los atributos y los valores de lo divino. Por ejemplo, un kouros dedicado a un atleta expresa los dones que el dios ha dado al vencedor: vida, juventud, rapidez, fuerza, virilidad, belleza. Lo mismo es aplicable a las estatuas femeninas llamadas Korai
  4. Máscara: se utiliza frecuentemente para expresar lo sobrenatural. La máscara es una representación de frente, un tipo iconográfico muy raro en época arcaica, que implica al espectador en una relación de fascinación. A ciertas divinidades se las representa mediante máscaras en los rituales, como a Dioniso. En los rituales de Ártemis Ortia, en Esparta, las jóvenes generaciones realizan una danza de máscaras antes de entrar en el mundo adulto. Estas máscaras representan figuras terribles y son los símbolos de un mundo salvaje y no cívico que los jóvenes abandonan al hacerse ciudadanos. En los rituales dionisíacos aparecen las máscaras de los sátiros. Llevar una máscara permite dejar de ser uno mismo y encarnar el poder de lo divino durante el tiempo del ritual.

    Grabado del siglo XVIII con la reconstrucción del xoanon de Artemisa de Éfeso.

    De este modo, los objetos que representan lo divino son diversos y los griegos estaban familiarizados con varios tipos de representación de lo divino en la misma época. En el siglo V a. C. un ateniense, por ejemplo, rinde culto a una herma del Ágora, participa en los rituales alrededor de la máscara de Dioniso, acompaña en procesión el xoanon de Atenea durante las Panateneas, y venera también la estatua criselefantina de la misma diosa en el Partenón. Este ejemplo y otros muchos, prueban que las diferentes formas de figuración de lo divino no se corresponden con las etapas sucesivas del desarrollo del pensamiento religioso griego. Es, por tanto, inexacto afirmar que la evolución va de una representación informe a una figura de apariencia humana.

    En Homero, sin embargo, los dioses son perfectamente antropomorfos y en época clásica los postes y las piedras pueden tener una función simbólica muy fuerte y ser el centro de algunos rituales.

    Fuente de Referencia:

    La religión griega en la polis de la época clásica (Universitaria)

    Enlaces de interés: La concepción de lo divino en la antigua Grecia

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