El origen de la Navidad

Saturno devorando a su hijo. Rubens (1636)

Saturno devorando a su hijo. Rubens (1636)

Las Saturnales o Saturnalia era un antiguo festival romano en honor al dios Saturno que tenía lugar a finales de diciembre. El día de fiesta se celebraba con un sacrificio en el templo de Saturno del Foro Romano y un banquete público, seguido de la entrega de regalos, festejos continuos públicos y privados, y un ambiente de carnaval que anulaba las normas sociales romanas: se permitía el juego, y los amos servían la mesa a sus esclavos.
A comienzos de diciembre, escribió Columela, el granjero debería haber finalizado la plantación de otoño (De Re Rustica, III.14). Poco después, en el momento del solsticio de invierno (el 25 de diciembre en el calendario Juliano), Saturno, el dios de la siembra, era honrado con un festival. La Saturnalia se celebraba oficialmente el 17 de diciembre y, en tiempos de Cicerón, duraba siete días, del 17 al 23 de diciembre. Augusto la limitó a tres días, para que las cortes de justicia no estuvieran cerradas más de lo necesario, Calígula las alargó a cinco días (Suetonio, XVII; Dion Casio, Historia romana, LIX.6), y Claudio las instauró de nuevo tras haber sido eliminadas del calendario festivo (Dion Casio, LX.25). Pese a todo, parece que las fiestas siguieron durando una semana, incluso más allá al unírsele la tradición de la sigilaria, según nos cuenta Macrobio (Saturnalia, I.10.24). En esta fiesta era tradición regalar figuras de terracota como símbolo de buena suerte, al igual que bolsas con nueces.

“De mi tierra te envío, como ves,/ Juvenal, nueces de Saturnalia./ Las otras frutas el dios lascivo/ ya se las dio a muchachas alegres”.-Marcial

En su primer día se celebraba también la Opalia, en honor de Ops, personificación de los frutos de la tierra y esposa de Saturno. Debido a que ambas deidades representaban la producción de los campos y huertos eran identificadas con el cielo y la tierra. Macrobio (I.10.20) decía que por esta razón ambos festivales se celebraban al mismo tiempo, con los seguidores de Ops rezando sentados para poder así tocar la tierra, madre de todo.
En el calendario romano, la Saturnalia era un día sagrado, donde se celebraban sus sagrados ritos. Saturno, identificado con el griego Cronos, recibía sacrificios a la manera griega (ritus graecus), con el sacerdote con la cabeza descubierta. El templo de Saturno, el más viejo del que tenían constancia los romanos, era decorado con vistas a estas fiestas; los pies de la estatua de Saturno eran atados con hilos de lana, los cuales se soltaban en la Saturnalia para simbolizar la liberación del dios. Tras el sacrificio en el templo había un banquete público, según Livio introducido en el 217 a.e.c. para distraer al pueblo de los desastres de la Segunda Guerra Púnica. Posiblemente, en el interior del templo se desarrollase un lectisternium, un banquete sagrado ante la imagen del dios, como si este fuera un invitado más.
saturnaliaLa Saturnalia era, sin duda, la fiesta sagrada más popular del año romano. Séneca se quejaba de que “toda la plebe se dejaba llevar por los placeres” (Cartas, XVIII.3). Plinio el joven escribió que él prefería retirarse a sus aposentos privados mientras el personal de la casa lo celebraba. (Cartas, II.17.24). Durante la Saturnalia se visitaban amigos, se hacían regalos -figuras de barro y velas, que quizás estaban relacionadas con el regreso de la luz tras el solsticio- y se hacían reuniones y competiciones de poesía e ingenio, donde el ganador recibía una corona de laurel dedicada a Saturno.
La moral era relajada y el orden social se invertía. Los juegos de azar quedaban permitidos, se suspendían juicios y ejecuciones e incluso se liberaba a algunos presos, los cuales ofrecían a Saturno sus cadenas como ofrenda. Los esclavos quedaban libres de sus tareas; eran tratados como iguales y se les permitía vestir la ropa de sus amos. Incluso compartían la mesa con ellos, quizás recordando la Edad de oro de Saturno, donde todos los hombres eran iguales, el sustento no se ganaba con el trabajo, reinaba la paz y siempre había comida. El poeta Catulo llamaba a esta fiesta «el mejor de los días.»

La Saturnalia. Ernesto Biondi. (1899)

La Saturnalia. Ernesto Biondi. (1899)

Estacio proclamo: «Esta fiesta, ojalá el tiempo nunca borre tan santo día, mientras que las colinas del Lacio perduren y el Tíber siga siendo el padre, mientras que Roma perdure y el Capitolio mantenga el orden, continuará»(Silvae, I.6.98). Las Saturnales siguieron siendo celebradas como Brumalia (de bruma, “el día más corto,” solsticio de invierno) hasta la era cristiana, cuando, a mediados del siglo IV, sus fiestas habían sido parcialmente absorbidas en la celebración de la Navidad.

¡FELIZ NAVIDAD A TODOS LOS LECTORES DE ANIMASMUNDI!

Enlaces sobre la misma temática:

  1. El origen de las religiones         2. Filosofía y cristianismo

4 comentarios

Archivado bajo Antigua Grecia, Mitología

4 Respuestas a “El origen de la Navidad

  1. Con retraso, pero con cariño te deseo un feliz anor nuevo. Un abrazo

  2. Ofelia

    Un artículo estupendo. Felices saturnales y próspero año nuevo

  3. Crono

    ¡FELICES SATURNALES A LOS LECTORES DE ANIMASMUNDI!

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