Viaje a Grecia: Mesenia

Recorrer Mesenia es descubrir el yacimiento arqueológico más impresionante y hermoso de la Grecia antigua. Mesenia es  abrir una nueva ventana y contemplar sus paisajes soberbios y a la vez melancólicos. Los relieves vertiginosos dan finalmente a una llanura que vuelve a subir. No te esperas un yacimiento tan bien conservado y tan  lleno de riquezas. Mesenia, por historia, fue la rival de Esparta en los siglos arcaicos, pues se encontraba en los límites con Laconia. Mesenia reposa en las laderas del Itome  y en ellas se puede admirar la más hermosa muralla de la ciudad. (Imagen 1)

Imagen 1

El nombre epónimo de las laderas se le debe a una ninfa de la montaña llamada Itome. Según el mito local , Itome había sido encargada de criar a Zeus niño junto con otra ninfa llamada Neda, y ambas tenían la costumbre de bañarse en la fuente Clepsidra, situada en  Mesenia. Existía, según reza el mito, un santuario de Zeus Itoma que enunciaba oráculos.

Los rincones más llamativos de Mesenia son:

  1. Patio porticado rectangular con referencias de la época helenística y romana
  2. El odeón, una construcción destinada a competiciones de canto y poesía, pero también al teatro. Otras veces , su espacio se aprovechaba para debates políticos y reuniones judiciales.
  3. El estadio
  4. Mausoleo
  5. Las ruinas de la antigua Mesenia
  6. Las Stoas del gimnasio y palestra

Pausanias deja una detallada descripción de la ciudad y de sus principales templos y santuarios, todos ellos en honor a los dioses: Deméter, por ejemplo, tenía uno especial porque también en Mesenia se celebraba una ceremonia parecida a los misterios de Eleusis; Asclepio también tenía un lugar consagrado para sus curaciones o el templo de Zeus Itomatas en la cima de la acrópilos.  Las estatuas que erigían la ciudad eran de Zeus Soter y de Artemisa Lafria.

Mesenia estaba rodeada de manantiales, con un mercado principal y varios lugares de sacrificio.

La ciudad tenía erigida una estatua de Aristómenes, rey de Mesenia, que luchó contra los espartanos en la Segunda Guerra de Mesenia y  los tuvo bajo control casi dos décadas (685 aC-668 aC).

Mesenia destacaba por la solidez de sus fortificaciones, que superaba a todas las del  Peloponeso, con una muralla de 8 km de extensión. La muralla está flanqueada por torres de unos 9 m. de alto, levantadas a intervalos irregulares: estas tienen dos plantas con escapatorias en la parte inferior y ventanas en la superior, y se entraba por puertas en el nivel más alto del muro al que se llegaba por tramos de escalones. De las puertas sólo dos pueden ser localizadas, la del este o puerta Laconia, situada en el lado oriental, y la norte o puerta Arcadia.

Los Heráclidas

Según el mito, Zeus había destinado a Heracles para que fuera originalmente Rey de Argos, Laconia y Mesenia, pero Hera se la ingenió para que estos reinos fueran para Euristeo. A partir de ese momento se conoce por el nombre de los heráclidas a los hijos de Heracles (Hilo, Macaria, Agelao, Manto, entre otros) y a sus descendientes. Los heráclidas dorios reclamaron por derecho divino sus tierras y acabaron, tras varias generaciones de guerra, conquistando los reinos que abarcaban el Peloponeso y así gobernarlos , pues era la tierra de sus ancestros. De este modo, Mesenia está ligada a la conquista del Peloponeso por los dorios ( llamada también “invasión doria” o “regreso de los heráclidas”)  y con la estirpe de los heráclidas, es decir, los hijos de Heracles y sus descendientes, pero, sobre todo, a los descendientes de Hilo, el mayor de los cuatro hijos que Heracles tuvo con Deyanira. La conquista del Peloponeso, por parte de los dorios, supuso la recuperación del pasado heroico de los descendientes de Heracles. Un ejemplo fue la figura de Cresfontes.

Cresfontes era tataranieto de Heracles y tuvo como hermanos a Temeno y Aristodemo que juntos conquistaron la península del Peloponeso a la cabeza de los dorios. Al concluir la guerra los tres hermanos se repartieron el reino y  Cresfontes, que le interesaba Mesenia , gracias a un ardid suyo, consiguió reinar sobre ella, que era el lote más rico. Temeno reinó en Argos y Aristodemos en Lacedemonia. Una vez distribuidos los lotes, cada uno erigió un altar a Zeus y sobre estos altares, cada uno encontró una señal que guardaba relación con el carácter del pueblo sobre el que había de reinar: en Argos, un sapo; en el de Lacedemonia, una serpiente, y en el de Mesenia, un zorro. Entre las obras fragmentarias de Eurípides hay una en concreto sobre Cresfontes.

Para ampliar la información sobre la conquista de los Heráclidas os remito a la versión de Apolodoro: APOLODORO, Biblioteca, II, 8, 2.

Referencias recomendadas:

Grimal, Pierre. «Diccionario de Mitología Griega y Romana». Editorial Paidos.

Hard, Robin. «El Gran libro de la Mitología Griega»

 

Enlaces relacionado con la temática Heracles-Euristeo:

Tirinto;

Euristeo

 

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