Aión es el dios de la eternidad al que no le hace falta devorar nada para ser eterno, es a la vez niño y anciano, el dios generoso y satisfecho que tiene sentido en sí mismo, el dios que no contempla los objetivos ni los planes sino que nos invita a la acción con valor por sí misma. Hay que destacar que el dios Aión no es ningún dios genético. Siempre está. No nace, no es originado, sino originario. No tiene que sublevarse contra nada y no tiene que comerse nada para ser eterno, tan solo da. En otras palabras, Aión es la eternidad.
Por otra parte, basándonos en las palabras de Antonio Campillo, al Tiempo, Chrónos, se le considera como la suma actual de todos los ahoras o instantes y como la suma virtual (en potencia, esto es, no llevada a término nunca) de esos mismos instantes o ahoras. Es a la suma actual o simultánea a la que acabará por dársele el nombre de Aión, y es a la suma virtual o sucesiva a la que acabará por dársele el nombre del Chronos.Si la suma sucesiva es infinita, y por tanto innumerable, sin principio ni fin, los antiguos filósofos se preguntaron varias cuestiones: ¿cómo puede darse una simultaneidad de la eternidad en acto? ¿Qué relación de semejanza y diferencia mantiene entre sí las dos infinitudes o eternidades: la infinita o eterna simultaneidad y la infinita o eterna sucesión?(Aión, Chronos y Kairós: la concepción del tiempo en la Grecia Clásica). Este es el gran problema que se encontraron los filósofos de la antigua Grecia, siendo para los científicos actuales un rompecabezas aún por resolver.
El tiempo es complejo, ambiguo y a la vez relativo. Es decir, pensamos en el tiempo como un río que abarca del nacimiento a la muerte, pero en realidad, de lo que nos percatamos es de lo cambios que observamos, por eso recurrimos al concepto del tiempo. El tiempo es tan complejo que hay opiniones diversas sobre el tema: muchos científicos piensan que el tiempo es una ilusión pura y no existe; otros, piensan que el tiempo existe; y, a la vez, hay otros científicos que tienen dudas.
Vayamos por parte: Heráclito decía que el sol es siempre el mismo, y sin embargo es nuevo cada día. Afirmaba que lo eterno es a la vez instantáneo. También destacaba que lo más viejo es a la vez lo más joven y que el mundo entero está comenzando a cada instante. En definitiva, la suma sucesiva es infinita, sin principio ni fin.
Pero, la cuestión es: ¿Por qué se da simultaneidad de lo infinito?
Anaximandro establece dos dimensiones.
- Originaria: se refiere a ilimitada, eterna.
- Originada: se refiere a limitada y temporal.
La segunda parte depende de la primera, y esto hace que el Tiempo sea eterno, pero es una eternidad regulada, una sucesión numérica o rítmica de los ciclos cósmicos.
Anaximandro llama Ápeiron a aquello que es principio (Arché) y expresa que es eterno. De este Ápeiron nace los cielos y el mundo, en cuyo seno nacen y perecen, se engendran y corrompen todas las cosas. Del ser ilimitado nacen las cosas limitadas (temporales) que vuelven a retornar cuando perecen.
Parménides mantiene la siguiente idea:
- Vía del Ser: se refiere que es siempre.
- Vía del no-Ser: aquello que llega a ser y deja de ser.
Parménides piensa que el Ser que “es siempre” no puede ser ilimitado porque sería “igual a sí mismo”, estaría completo, lo tiene todo, y al abarcarlo todo es inmóvil.
El Ser sería: eterno, perfecto, autosuficiente, inmóvil, siempre igual a sí mismo. Esta base filosófica fue aceptada después por Plotino y Platón, entre otros.
Parménides, por otra parte, refuerza su teoría identificando la Vía del Ser con la Vía de la Verdad (Aletheia) y el pensar y la Vía del no- Ser con la vía de las apariencias, de las opiniones (doxa) diversas, cambiantes. Parménides concluye que ambas vías son diferentes pero necesarias.
Aparcamos un momento el plano filosófico y vamos a hacer una reflexión:
El sol sale por el este, pero llegará un instante, un momento en el que el sol estará en otra posición. Su movimiento nos indica que el tiempo avanza. Si se parase el sol y mis manos se parasen y nada cambiara, entonces podríamos decir que no ha pasado el tiempo. Por otra parte, sabemos que el tiempo se divide en tres estadios: pasado, presente y futuro, pero sabemos que estos estadios no son más que ilusiones. Igualmente, pensamos que el fluir estáasociado al movimiento. El aire, el agua, la tierra se mueven, es decir, fluyen, lo observamos con nuestras percepciones. Pero el tiempo, en sí, no lo vemos, solo apreciamos los cambios. Los objetos físicos tienen cambio. Los tiempos pasados y futuros no tienen una base real; los sucesos si tienen una base real, tienen una secuencia unidireccional. Por ejemplo: si hago rodar un huevo sobre la mesa, caerá al suelo y el huevo se romperá. Sabemos que es imposible volver atrás, es decir, reconstruir el huevo de nuevo. Por lo tanto, no podemos volver al pasado, porque el pasado no es un lugar; ni tampoco podemos viajar al futuro, porque tampoco es un lugar. A primera vista, parece que el tiempo tiene una dirección hacia el futuro, pero esto no implica que el tiempo avance hacia él. De la misma manera que, aunque una brújula apunta siempre al norte, no significa que estemos avanzando hacia el norte. La flecha indica una simetría, como arriba y abajo es una posición relativa en el espacio, por eso el futuro y el pasado son posiciones a lo largo de un eje que es el tiempo. Por lo tanto, no tiene sentido hablar de futuro y pasado.
Como se puede comprobar hay ambigüedad en el tiempo y hay confusión, pero ¿cómo podemos asegurar que el tiempo pasa? Una cuestión que para la comunidad científica es un quebradero de cabeza.
Volviendo al Aión y a Chrónos, se pensaba que ambos mantenían una relación de grados, de diferentes jerarquías, pero además se deliberaba quedefendían una relación tanto de precedencia como de procedencia. Pero, ¿cómo se origina el tiempo a partir de la eternidad? ¿Qué movimiento es ése por el que pasa de lo inmóvil a lo móvil, de lo perfecto a lo imperfecto, del alma al cuerpo inmortal? ¿Por qué se piensa como un movimiento de degradación, como una “caída” una “deuda” que ha de ser pagada? Muchas preguntas y pocas respuestas fiables…
Partimos de la idea que desde el Aión al Chrónos hay un instante, un punto, un momento en el que se da un movimiento o tránsito, pero no puede darse en el tiempo, pues es precisamente el cambio que da origen al tiempo. Pero a su vez, este movimiento o tránsito tampoco puede darse en la eternidad porque la eternidad no puede cambiar. Ese justo instante, ese “nacimiento”, ese punto de conexión, el intervalo, por llamarlo de alguna manera, una “chispa”, es el punto donde se encuentra la eternidad y el tiempo. Hay muchas más cuestiones sobre el tiempo que no dependen sólo de cuestionarse su existencia:
- ¿Cómo ha sido pensado el instante?
- ¿Cómo se realiza en él la génesis del Chrónos a partir del Aión?
Estas preguntas no se pueden explicar cronológicamente, pero sí ontológicamente, y según cuenta Platón de Parménides, el filósofo parte de dos ideas:
- Chrónos deriva del Aión, porque lo imita, lo refleja, lo copia, lo produce o representa.
- Chrónos depende constitutivamente del Aión: el uno no puede darse sin el otro.
Platón lo resumía con “la imagen móvil de la inmóvil eternidad”
Por lo tanto se llega a la conclusión teórica que el tránsito de la eternidad al tiempo es el que hace posible todo tránsito, todo cambio, todo movimiento.
Como sabemos, el tiempo es rítmico, se mueve, tiene sus ciclos, el tiempo es métrico. El Aión, por lo tanto, no puede ser pensado sin el Chrónos. En otras palabras, gracias a él se conoce el Aión. Además, la copia (Chrónos) no puede darse sin el original (Aión); a su vez, el original no puede darse sin la copia.
La idea fundamental de todo esto es que la eternidad no puede dejar de engendrar o producir tiempo como fórmula universal.
Desde otra perspectiva,si nos remitimos a la geología, por ejemplo, los fósiles nos cuenta una historia, clara y precisa. Las rocas, los fósiles nos detallan una historia personal, sabiendo la edad que tiene, por ejemplo, la tierra. Esto es la prueba que tenemos del tiempo, marcas o huellas que dejan un elemento, un objeto, un fósil, que pasan a nuestros recuerdos. Algunos científicos creen que cuando percibimos el movimiento es una ilusión que nuestro cerebro procesa, nos cuenta una historia. Igualmente, los recuerdos lejanos nos hacen dudar. Por ejemplo, si dudo que hace 20 años viajé al norte de España a un lugar concreto y determinado, recurro al álbum de fotografías para “refrescar” la memoria.
Recapitulemos: envejecer es cambiar y nos permite decir que el tiempo pasa; de lo contrario, si no envejecemos el tiempo no pasa.Por lo tanto, el tiempo es un parámetro que utilizamos para definir cambios. Esta es la idea que se tiene sobre el tiempo, por eso, se dice que el tiempo existe, porque lo vemos en nosotros mismos. La problemática que nos encontramos se ve también reflejada en la ambigüedad con la que es tratado el tiempo en los refranes y la fraseología popular:
“se me ha pasado el tiempo volando”
“se me ha hecho el tiempo pesado, largo”
“La semana se me ha hecho corta..”
Como podemos observar, también el tiempo es psicológico, subjetivo.
Un segundo se ve de manera diferente:el latido de un corazón se mueve cada segundo, pero en ese mismo segundo el sol ha viajado 274 km por nuestra galaxia. Las neuronas transmiten impulsos eléctricos en menos de un segundo…En un mismo segundo, nacer y morir se dan la mano. En definitiva, existe el movimiento, pero parece ser que el tiempo es algo muy subjetivo y psicológico.
El más claro ejemplo son las estrellas y galaxias que están a millones de años luz de distancia. Las podemos ver en los cielos pero ellas ya no están ahí, se han movido, hace miles de años que ya no están ahí. Parece magia.
A su vez, la memoria y el tiempo van ligados entre sí. Un hecho que nos de miedo, un recuerdo tortuoso parece que nos dio una sensación mucho más duradera en el tiempo; sin embargo, una vacaciones en el Caribe pasan volando.
Yo soy de los que pienso que el tiempo no existe. Es una invención. Lo que es infinito no puede dejar de serlo por división del tiempo. Para ello, me baso en las ideas de Julian Barbour, considerado una eminencia en la cosmología del tiempo. Barbour propone una física sin tiempo desde un polémico punto de vista en el cual el tiempo, tal como lo percibimos, no existe más que como ilusión, añadiendo que algunos problemas en las teorías de la física surgen de suponer su existencia como real. Barbour argumenta que no tenemos ninguna evidencia del pasado más allá de nuestra memoria de él, de igual modo, que no hay evidencia de un futuro que no sea nuestra creencia en el mismo. «El cambio se limita a crear una ilusión de tiempo, con cada momento individual existiendo por derecho propio, completo y entero.» Él llama a estos momentos los «ahoras». Todo es una ilusión: no hay movimiento ni cambio alguno. El físico afirma además que la ilusión del tiempo es lo que interpretamos a través de lo que él llama «cápsulas de tiempo», que representan «cualquier patrón fijo que genere o codifique la apariencia de movimiento, cambio o historia».
Igualmente, la teoría de Einstein refleja una imagen del universo que actúa como un «bloque» estático que no cambia, en el cual el futuro y el pasado no difieren, de tal forma que la izquierda y la derecha no difieren físicamente. Tanto Barbour como Einstein piensan que el tiempo es solo una “ilusión persistente”
El tiempo tampoco existe en la Ecuación de Wheeler-DeWitt, que pretendía unir la relatividad y la mecánica cuántica. «Podemos decir que el tiempo simplemente desapareció de la ecuación de Wheeler-DeWitt. Es una cuestión por la que muchos teóricos se quedan desorientados. Quizá la mejor manera de pensar acerca de la realidad cuántica es abandonar el concepto de tiempo para que la descripción fundamental del universo sea intemporal», expresa Carlo Rovelli, físico de la Universidad del Mediterráneo en Marsella.
Leucipo de Mileto, filósofo presocrático, expresa que los átomos están en movimiento desde la eternidad. Su número, dado el número infinito de átomos y la inmensidad de espacios vacíos, es también infinito. Los átomos y el espacio vacío son los dos únicos elementos constitutivos de la realidad. Pero igual que en los seres individuales hay infinitos espacios vacíos, así también el espacio vacío circunda nuestro mundo y todos los mundos posibles y se extiende hasta el infinito, sin divisiones temporales.
Muchos científicos están ahora mismo resolviendo un problema que hace más de miles de años los primeros observadores de la naturaleza se cuestionaron :la vida, la muerte, la eternidad y el tiempo. Si consideraron al Uno como la idea del Bien, lo original, lo eterno, lo perfecto, ¿Por qué se originó la multiplicidad, el mal, el no Uno, la copia? En mi opinión, creo que esa no es la pregunta correcta, porque hemos observado que después de miles y miles de años los científicos no dan con la tecla acertada. Quizás, hay que liberarse de esa y otras cuestiones y observar que formamos parte del infinito, de la eternidad y que somos partícipe de este “movimiento” temporal en un universo atemporal..
Por otra parte, el Aión vive por encima del tiempo, en la eternidad. El Chrónos es una caída, una involución. De ahí se entiende que no evolucionemos de una manera caprichosa, sino que nos convertimos en algo que siempre hemos sido en nuestra naturaleza eterna. Hay una máxima oculta que dice: “conviértete en lo que eres”.
El tiempo es el resultado de la expresión de un arquetipo, incomprensible al intelecto humano, que se manifiesta gradualmente, en términos de tiempo y espacio, en el proceso de la evolución. El tiempo es una expresión parcial y limitada.
El propósito de todo cambio o movimiento que percibimos forma parte del esquema de la evolución,de ayudar al desenvolvimiento de ese componente superior.
Todo cuanto suceda en el plano físico espacio-tiempo es un reflejo de algo más grande y bello que ocurre en los planos superiores. Existe una máxima que dice: “como es arriba, así es abajo”. Es decir, no sólo el Chronos es reflejo del Aión, sino que todo cuanto sucede en nuestra esfera física tiene su impacto e influencia en la esfera superior. En otras palabras, lo interno y lo externo, lo superior e lo inferior, aparecen afectándose recíprocamente en todo momento, y esta conexión lleva a cabo el proceso que vemos como evolución o desenvolvimiento.
Atributos de Chrónos:
- Es limitado.
- Desdicha: el paso del tiempo.
- Relacionado con la memoria, la materia física.
Atributos de Aión:
- Libertad
- Inmortalidad
- Felicidad
- Independencia (cambios, enfermedad, muerte, etc..)
- El tiempo es una expresión de la eternidad, del mismo modo que todos los colores naturales o artificiales son combinaciones diferentes de los tres colores primarios.
- El Aión capacita a Chrónos para producir cambios y nosotros los percibimos por medio de los órganos sensoriales. Así captamos las vibraciones de luz, sonido, etc..
Para terminar, y a modo de aclaración hemos de saber que Chronos ha sido a veces confundido con Cronos, “el Tiempo” en griego, sin que exista relación etimológica.
me gusto mucho
Gracias Noelia por seguir el blog. Un saludo.
Contenta y agradecida por haber encontrado casualmente? este blog jugando al azar en la web durante estos tiempoS de pandemia . Mis respetos
Los dioses te han llevado a la orilla y has pisado tierra de sabiduría, la cuna de la civilización de Occidente. Saludos y bienvenida!