Archivo diario: junio 11, 2013

Ulises, un alma despierta

Roma Ulises

Roma Ulises (Photo credit: paideiarevista)

Cuando leemos la Odisea, Ulises es un ejemplo de la conexión directa que tenía con su alma. Exploró sus propios dones (inteligencia, paciencia, creatividad, intuición, aceptación, humildad, entre otras cualidades) a través de veinte años que duró su periplo hasta alcanzar su hogar. Muchos avatares, sufrimientos, pérdidas de seres queridos y compañeros de guerra, incluso se vio abandonado por los Dioses a seguir escalando a través de los escombros de todos sus torcidos sueños hasta que aprendió a distinguir entre lo que decía su mente y lo que decía su corazón. Ulises aprendió a controlar las propias emociones para poder percibir la comunicación interna entre el cuerpo y el alma. Durante su regreso a Ítaca (su hogar), para encontrarse de nuevo con su mujer e hijo, el desafío diario que estaba sometido era extremo, agotador, imposible de superar. Sin embargo, Ulises nunca se acomodó en el asiento negativo de la vida y combatió con mente, cuerpo y alma todos los obstáculos terrenales, incluso, llegó a dominar su propia naturaleza interna.

Ulises creció espiritualmente, nunca se sintió víctima, ni tampoco culpó a los demás. Se levantaba con cada golpe que recibía. Cambió de actitud, bajando al Hades (al mundo del infierno) para invertir su brújula interna, buscando el lado positivo de las cosas y rompiendo todas las ataduras que le mantenía ligado al sentimiento de victimismo logró imponer su luz espiritual ante la sombra oscura y fatalista que le acechaba en cada momento. Tras salir del Hades, siguió su recorrido con pies firme pero, sobre todo, conectado con la Realidad, aprendiendo las lecciones en su camino con sabiduría. La evolución eterna de Ulises es un fiel reflejo de este viaje humano que tenemos que recorrer.

Hoy día, la crisis azotando en nuestros hogares españoles, nos encontramos en un estado de conciencia victimista. Nosotros lo hemos creado, y nosotros debemos erradicarlo. Este trabajo es alcanzable si cada uno de nosotros adquiere conciencia de su responsabilidad como canalizadores de energía y predicamos con el ejemplo, como hizo Ulises.

Creo que estamos recorriendo el Hades y es el momento de crecernos ante la adversidad, de luchar por romper las cadenas que nos tienen presos. El resultado final, al igual que el de Ulises, tendrá gran mérito y un gran valor incalculable para nuestra evolución espiritual.

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